Me da gusto verte de nuevo,
tenerte en mis brazos,
que me queme tu fuego.
Ven y bésame otra vez,
comprueba que soy tuyo,
vuélveme a envolver.
Me gusta tu peinado,
dos trenzas por ahí,
y muy elaborado.
Me dio gusto que llamaras,
estoy siempre para ti,
en las buenas y las malas,
solo “Ven” tienes que decir.
Trabajar juntos otra vez,
me besas y no puedo recortar,
no puedo por Dios ni pensar,
cuando tus labios me hacen volar.
Temprano amanecí pensando en ti,
tal es mi deseo de verte,
que te soñe mil veces cuando dormí.
Un gran desayuno para un viernes,
lo que me espera es largo,
habla raro y muy lento viene.
Una siesta vespertina,
me desperté por casualidad,
justo para la junta llegar,
Dios lo hizo fue su bondad.
Reunión pequeñita y sin dolor,
fui serio para terminar,
en este mismo siglo y civilización.
¿Qué pensarán los novios?
pronto es su gran día,
¿Qué acordaran con otros?
todo debe ser en armonía.
¿Qué pensaremos nosotros?
¿Cuando nuestra semana llegue?
cuando contemos segundos,
para ese sábado o viernes.
¿Como la platica con Dios?
¿Que tendremos en meditación?
¿Como sera el color?
el cielo ese día y el Sol?
Ay muchas preguntas en mi,
pero desde hace mucho se,
que la que veo de blanco en el altar,
siempre que lo he imaginado es a ti.
Tres soluciones para hoy,
los engranes de mi cabeza,
se mueven con fervor.
Me gusta saber que viste,
que oíste y que sentiste,
me hacen sentirme parte,
de lo que a ti te pase.
Pude regresar temprano,
dejar un amigo a su suerte,
preferí café y darle una mano,
por que es mejor dos mentes.
Poco a poco razonamos,
y soluciones juntos sacamos,
un paso mas a descansar,
solo un poco un poco mas.
Con las luces apagadas,
aun despierto en mi cama,
te pienso en mi mirada,
diciéndome cuanto me amas.
Puedo tocar tu corazón,
donde quiera que leas esto,
puedo provocarte emoción,
y hacer temblar tu cuerpo.
Siempre que mi celular suena,
corro a ver tu mensaje,
siempre una voz tierna,
en mi mente amarte.