Es un honor pasear a una dama,
somos como una pareja real,
solo naturales y sin nada de drama.
Qué más da las otras embarazadas,
si aquí hay una con más elegancia,
mas distinción y enamorada.
Ustedes peléense por el premio,
aunque solo cueste 40 pesos,
hacen de su tarde un tedio,
y la familia se parte por el medio.
El viento ha despertado del sueño,
nubla la montañas, las nubes, los cerros,
estoy desconectado y ella también.
Parece otro día nuevo,
la puerta, la secadora,
la tierra, el aire, el cielo.
Llegamos un poco tarde,
falta de glamour familiar,
aunque no compartimos sangre,
mejor no nos pueden tratar.
Eres un instrumento de paz,
alondra fina que de desliza,
cruzando los desiertos y el mar,
me das vida y me tranquilizas.
Elegante señora de bolsa,
sé que eres una niña,
eres seria y a veces melosa.
Algún día te seguí con fe,
hoy estoy dormido a tu lado,
sabes cómo amarme bien,
tu mi risa, mi milagro.
Siempre cuando se trata de ti,
comemos ansias por la noche,
y platicamos sin fin.
Como para calmarnos el uno al otro,
tan chico que eres, eres un todo,
eres perfecto de tamaño,
de forma y de lado.
Con tus piecitos nos empujas,
y nos dices que estas ahí,
que despiertas tarde y escuchas,
tienes ya muchos días por venir.
Todas las personas merecen un nuevo comienzo,
una nueva oportunidad de vivir, de amar,
de regresar de las cenizas y hacerlo de nuevo.
Hoy revives de nuevo corazón y estás conmigo,
hoy vuelvo contigo y me abres tus brazos,
con lo blanco de tu amor y mi fiel amigo.
Hoy sabes que siempre pienso en todo,
pero nunca en dejarte ir en el río,
porque haremos nuevos jarros de lodo,
para cocinar las cosas del plantío.