Hijo mio tan chiquito,
estoy preocupado por ti,
aunque estes tu solito,
te esperamos hasta salir.
A tu mama no le gustan los diminutivos,
pero es que eres chico como un mani,
dinos “Hola papas”, estamos como heridos.
Un dia seras grande,
este sera solo un susto,
uno de muchos para probarme,
pero por tenerte los sufro.
Las piedras temblaron en el desierto,
los espíritus antiguos llenaron el aire,
se levantan las arenas del tiempo.
Todas las religiones del mundo pidieron,
y se les ha concedido hoy conocerlo,
no tengan miedo, ni odio, ni recelo.
Pidan clemencia, pidan audiencia,
no finjan conciencia, ni haber perdonado,
por que ya se los dijo Mendel en la ciencia,
estamos programados para todo lo quebrado.
Son las 8:30 de la noche.
Es Martes.
Ella quiere cacahuates.
No los que sean.
Los quiere Japoneses.
Y yo ire con ella a buscarlos.
Por que esta embazada.
Antojos, antojos, antojos.
Es tan poco lo que sabemos de ti,
pero sabemos que estas con nosotros,
pronto tambien viviras aqui,
con tus padres tan melosos.
Espero poder ser el que te enorgullece,
el que te hace querer gritar,
que eres feliz y sientes,
que no podrias tener mejor papá.
Falta mucho pero quiero conocerte,
para decirte tu nombre,
y ver a quien te pareces.
Dos días más para la boda,
veo que todo va a cambiar,
te quiero a ti para realizar,
para vivir, para mi toda.
Serán los nervios,
la planeación,
o esta vida loca.
Sera los sermones,
el alcohol,
y la cosa nostra.
Pero ya quiero que llegue,
para vivirlo y sentirlo,
para que me llene.