Amor de los cielos enplumados,
que haz bajado en una caricia,
funde tus cabellos y tus rizos,
en mi armadura y esta milicia.
En esta guerra de lo que se ve,
pretendiendo demostrar lo interno,
para que me puedas querer,
en veranos y todos los inviernos.
Hablar de mi es un atrevimiento,
el insinuar mis deseos de tu amor,
de este grande y profundo sentimiento,
por humedecerme de tu divino furor.
Besame con tus labios de chocolate,
hazme degustar de tu envolvente hiel,
quemame por dentro angelical amante,
hilos que envuelven mi alma y mi ser.