Con las manos llenas de gis,
te escribi una carta en el pizarron,
plasme lo que siento ahi,
deje mi alma y el corazon.
Regresaron todos del recreo,
leyeron las palabras en fondo verde,
se burlaron de cuanto te quiero,
y nos miraron desde la fuente.
De tu lonchera sacaste una manzana,
la pusiste en mis manos con una sonrisa,
comimos juntos aquella maniana,
por ti fui ave que no aterriza.