Hay veces cuando siento,
que el mundo esta encima,
en cada uno de mis movimientos,
como si no hubiera salida.
A veces no comprendo,
me pregunto todo el día,
de todo lo que hacemos,
y el por que vivir la vida.
Cuando mis preguntas ordeno,
encuentro esta alegría mía,
de saber que contigo cuento,
en un espacio eterno y sin prisas.
Entre mundos paralelos,
viajan los bloques nuestros,
esperando su lugar lentos,
pero a paso firme y sincero.
Fundarán un castillo,
donde guardaremos todo,
sobre piedra lo he visto,
no sobre arena o lodo.
Hazme una terraza blanca,
donde pueda sentarme a pintar,
hazme una sala amplia,
donde nos sentemos a cenar.
Solo en ti pienso todo el tiempo,
no le pido justificación al momento,
ni por que he de amarte como lo hago,
solo quiero poder tenerte en mi brazos.
Si me voy a la cama duermo pensando,
que estamos bien en nuestro amor,
si cupido te pidió prestado,
yo por el pago pues es mi corazón.
En ti pongo mi confianza para hablar,
para que en mi la tengas para platicar,
que no quede nada sin decir o explorar,
estoy siempre dispuesto a escuchar.
Perdóname por mis omisiones y olvidos,
se que son importantes y he concurrido,
que debemos tener nuestra agenda,
sin borrones y tenerla en cuenta.
Desperté con la voz de tu niña,
mis pensamientos aún lentos,
una nube de Morfeo tejían.
Me advirtió que nadie la atendía,
estaba sola en estos momentos,
que tú no la acompañabas ese día.
Me puse los lentes a toda prisa,
me despedí de todos primero,
y recorrí rápido todas las vías.
Sé cuanto la amas y la miras,
sé que hasta le haces celo,
sé que todo por ella harías.
Llegue agitado en una pieza,
ya me esperaba su sonrisa,
pequeña niña traviesa.
Estoy presente pero no mi mente,
siguen hablando gritan mas fuerte,
no encuentran mi atención,
solo aumentan mi desesperación.
Mi mundo no es lo que quieres,
anillo de tubería firme e inerte,
para lo que quiere el señor doctor,
¿Así poquito o mas emoción?
Las paredes zumban y enloquecen,
los ruidos raros vienen y se mecen,
se lo que dicen pero no presiento,
que me entienden bien desde adentro.
Mi ojos se cierran y comienzo el vaivén,
mi cerebro se ausenta y mi mente también,
le sientan bien los colores de la imaginación,
a este mi mundo singular, raro de mi creación.
Maestra quiero jugo tengo sed,
no quiero mas juegos ni correr,
¿A que horas regreso a casa hoy?,
quiero ver mi cuarto y comer arroz.