Hombre de las mil quejas,
que si no trabajamos,
que si no tenemos lo que quiera.
Hoy nos manda un correo,
nos dice “¡En buena hora hermanos!”,
muy buen trabajo hemos hecho.
Escribo hoy una carta de recomendación,
para mis colegas y hermanos,
que con ellos pelee con pasión,
hasta lograr lo que planeamos.
No hay admisión de mi extenso trabajo,
pues va sin decir todo lo que he hecho,
la cámara del laboratorio me ha captado,
en los días sin comer y en mis desvelos.
Estaba empezando a amanecer,
mi cabeza se sintió pesada,
me recosté y los ojos cerré.
Solo una hora estuve sin estar,
y sin haber soñado nada,
me tuve que despertar.
Agua caliente de la regadera,
dulce fuente de la realidad,
te invoco si me piensas,
te invoco con la verdad.
Somos los primeros en pasar,
navegamos mejor de lo esperado,
preguntas que contestar,
un publico muy limitado.
He estado despierto muchas horas,
pensando en ti, vestido para ti,
aun sintiendo que me tocas.
Somos como soldados,
cansados en la trinchera,
jugando a veces a los dados,
para ocultar nuestras penas.
Todavia me queda camino por recorrer,
preguntas por contestar,
mi vida mia donde estes,
enterate que te habre de amar.
Mañana gran presentación,
estoy acostado en la cama,
dormir es solo una ilusión.
Tan pronto cierro los ojos,
veo detrás de ellos palabras,
código de muchos otros.
Simula pararme enfrente de todos,
dando explicaciones, haciendo mociones,
exitoso en mis demostraciones.
Doble presión, códigos y discusión,
una a las diez y otra a las cuatro,
termo-controlando apenas esta situación.
Desperté otra vez en el suelo,
no he ido a casa en 30 horas,
he comido lo que encuentro,
nada que en realidad nutra.
Vi mi tercer amanecer,
cada vez el Sol me conoce menos,
veo que sale pero nunca lo siento,
empieza el frio a crecer.
No hay tiempo para protestar,
tampoco para un descanso tomar,
cinco o seis problemas mas,
me llaman, ¿Tú donde estas?