Soñando fermento el diluvio del tiempo,
destilando en mi cara la lógica de creer,
ya se caen los pilares de frió por el viento,
animando la tiara cristalina del amanecer.
Cupido tierno y angelical en batalla al fuego,
reclamo a la cabeza su ceguedad de ver,
que su causa es un tornado contra el miedo,
versus el raciocinio de amar sin saber.
Ama con honor y pelea sin temor,
rasga sus alas con los argumentos,
castiga a los filósofos con horror.
La vida no es que sufrir debo,
que deje todo lo que quiero ser,
es tomar el toro que esta en el ruedo,
morir siendo torero que otro cobarde sin fe.