Por que he de ser preso?
de tu sonrisa de tu pelo,
por que he de ser autor,
de miles de estos versos?
Por que he de venerarte así,
como una diosa en cautiverio?
por que he de asirme a ti,
como un marinero que naufraga.
Razón cósmica inmaculada y lejana,
cuyo misterio divaga en tus pupilas,
y entra por mi boca en tu espalda,
“Ven, ven, quiero que me sigas”.