Tal vez pedirte hoy,
la gente esta nerviosa,
ya no hay traduccion,
para esta lengua engañosa.
Te enojas y me dices,
que no hago bien las cosas,
haces que me pregunte,
si mejor las dejo todas.
Fotografias tuyas para el siguiente paso,
sales sonriente y lista,
yo solo te acompaño.
La vida después de la escuela,
continua girando y cambiándome,
moldeándome, acostumbrarme.
Mi obligación,
mantenerme,
establecerme.
Los estudiantes siguen comiendo,
las sillas se siguen reacomodando,
una silla me estara esperando,
en algun lugar, este momento.
Tu primer día de escuela,
tu ultimo año de maestría,
de otra forma no seria,
si no la completas.
Esta es la novia que quiero,
esta que tu eres, lo que haces,
lo que dices, lo que veo.
Hace frio, pero no nos detiene,
hay algo mas importante afuera,
que el clima que hubiese.
Tenemos que seguir adelante,
eso es lo que nos diferencia,
empujamos hasta la inconsciencia,
aunque se rindan los de entrente.
Una sombra al descubierto,
un imperio a la deriva,
la solución es el desierto,
donde la noche es fría.
El pueblo sale en tumulto,
llevan consigo sus penas,
se visten de luto,
por todos aquellos y aquellas.
Cuarenta días se hacen años,
Dios espera paciente,
espera aprecien su regalo.
Siempre están perdidos,
aunque estén encontrados,
aunque estén educados,
por los mas divinos.
Huellas de lobos en la nieve,
siguen el olor de un venado,
que ha podido perderse.
Los locales están encerrados,
los caballos están inquietos,
la madera sigue quemando,
los perros andan sueltos.
Un extranjero cabalga en el frio,
entre la niebla sin un rumbo,
no puede perdonarse a si mismo,
ya no puede con aquel yugo.
El aire congela los huesos,
el aliento del caballo,
le aloca los sesos.
“Cabalga de regreso”,
le dicen un espíritu,
“Regresa, te espero”.