Nuestro primer día de casados,
nuestra primera misa como esposos,
no hay nada para mi como este gozo,
nada que jamas haya probado.
Ya recibiremos nuestra constancia,
para casarnos por la iglesia,
fue casi con audacia,
que llegaremos a esta fiesta.
Soy como le vez tan humano,
que digo cosas tontas,
y me quedo anonadado.
SI tu lloras, un pedazo de mi muere,
por que fue un momento en el que yo,
haberte hecho reír pudiese.
No te vayas de mi,
porque estés molesta,
me duele también a mi,
como en mi corazón una bayesta.
Soy tu esposo y te seguiré,
porque tu felicidad es parte de mi,
de mi vida y de mi ser.