Mexicanos a la defensa de la patria,
que los usurpadores le quieren coser la boca,
enmudecer la trompeta de la la gracia,
y lo poco que queda sagrado en tierra roja.
Los cuervos pueden poner una sombra,
en la gran pirámide del Sol,
pero no pueden ahogar el país con una ola,
sin que enfrentemos el golpe con una moción.
Ya un presidente falso, una televisión sin escrúpulos,
y una corrupción en las venas de Chichen Itzá,
es suficiente para los pocos iluminados discípulos,
de la honestidad y fidelidad de ser mexica.