Un beso, una fragancia,
un momento al lado del rio,
déjame saborear tu elegancia,
como degustar un abrazo de Dios.
La música pasa a través de nosotros,
como un corcel en medio del bosque,
la subita carga de vivir se descose,
y se lleva consigo revelando todo.
Las velas se alborotan con el viento,
cambiando nuestra proyección,
el empedrado boquiabierto,
hace click clack, no hay nada mejor.