Aprendi a escuchar tus ojos,
a interpretar tus silencios,
a saber cuando lo quieres todo,
a entender en un segundo los hechos.
Aprendi a escuchar tu voz,
desde tus murmullos,
hasta cuando gritas “Vuelve amor”
Aprendi a escuchar tus manos,
cuando me aprietan fuerte,
cuando me piden amarnos,
hoy, mañana y para siempre.