Soy el hombre del día,
debo explicar la fórmula,
arreglar el programa que tenía.
Correr al efidicio de enseguida,
escuchar lo que dice la invitada,
disculparme y correr a toda prisa,
para por el proyecto dar la cara.
Que debo mejorar como me decían,
los del equipo no comentan nada,
solo pienso que rico sería,
si me trajeran unas enchiladas.
En el cielo no hay luz que brilla,
pero mi día todavía no termina.