Nunca fue tan difícil,
salir de la cama,
un sueño terrible,
donde no estaba mi amada.
Oh amor cuanto me haces falta,
cuanto necesito oír tu voz,
perdida esta mi vida mi Sol,
entre el agua me hago nada.
En la lúgubre alcoba,
cuelgo en una esquina la luna,
para que me ilumine la hoja,
que empuño con una pluma.
Ciñeme en el doblés de tu blusa,
perfórame un pulmón de coraje,
de tu ansiedad de extrañarme nunca,
que hagan amor y pasión mestizaje.