Es en Domingo de Resurrección,
que vuelvo a la vida, a la vereda,
a la trinchera,
de tu amor,
tu amor,
tu amor.
Escondamos los huevos de coneja,
aunque sea mamífera de generación,
pero que no se vea,
se vea,
se vea.
Prestame tu revista para ver la ropa,
prestame tu ropa para ver la vista,
prestame tu sudor de inocencia,
prestame todas las cosas,
las cosas,
las cosas.