Un poco de humildad,
me hace falta para ser libre,
para no ser hombre de genjibre,
y por fin saberte amar.
Dos manos que me ahoguen,
no faltan cada día que despierto,
son de azufre huelen a fuego,
y mis tesoros internos se comen.
Tres secretos que te diré,
para que sepas que aqui estuve,
esperando asi momentos que miré.
Cuatro manos son las tuyas y mías,
nido de vida que me elude,
hasta que amarme tu decidas.
éé