En este ajedrez diario,
de estrategias personales,
yo soy el caballo,
no el de las diagonales.
No soy como el peon, pobre,
pero lo protejo tambien,
igualmente como a la torre,
de alguna reina cruel.
Impredecible y letal,
aunque no indestructible,
pero te soy leal.
Soy tu noble corcel,
siempre al frente en batalla,
sin miedo a ningun alfil,
hasta derribar murallas.
Que se cuide la reina,
que sea discreto el rey,
yo termino la guerra,
abajo con la realeza.