Son las 8:30 de la noche.
Es Martes.
Ella quiere cacahuates.
No los que sean.
Los quiere Japoneses.
Y yo ire con ella a buscarlos.
Por que esta embazada.
Antojos, antojos, antojos.
Son las 8:30 de la noche.
Es Martes.
Ella quiere cacahuates.
No los que sean.
Los quiere Japoneses.
Y yo ire con ella a buscarlos.
Por que esta embazada.
Antojos, antojos, antojos.
Es tan poco lo que sabemos de ti,
pero sabemos que estas con nosotros,
pronto tambien viviras aqui,
con tus padres tan melosos.
Espero poder ser el que te enorgullece,
el que te hace querer gritar,
que eres feliz y sientes,
que no podrias tener mejor papá.
Falta mucho pero quiero conocerte,
para decirte tu nombre,
y ver a quien te pareces.
Dos días más para la boda,
veo que todo va a cambiar,
te quiero a ti para realizar,
para vivir, para mi toda.
Serán los nervios,
la planeación,
o esta vida loca.
Sera los sermones,
el alcohol,
y la cosa nostra.
Pero ya quiero que llegue,
para vivirlo y sentirlo,
para que me llene.
Solo amigos y la naturaleza,
donde empezó todo en la maleza,
solo con el maíz y voluntad de vivir.
Hagamos como si fuera una cacería,
como si fuéramos exploradores,
dudando si regresarían.
Los arboles, la tierra roja,
los hormigueros de un metro,
en mi dedo sangre roja,
saludando rancheros.
Nos saludan las águilas,
los cuervos y corre caminos,
los toros preparan los cuernos,
y las vacas no se acercan, no se animan.
Noche de estrellas en el campo,
tan claras como para contarlas,
con luces nos vamos alejando,
los coyotes en auyar se tardan.
Las luces del pueblo a lo lejos,
se escucharia hasta una mosca,
a mas de cuarenta metros.
Fogata de ritual,
se quema la madera,
nos ponemos a pensar.
Este es un momento solemne,
para todos los que lo observan,
para todos los que vienen.
¿Acaso no somos todos incapaces de ver el sufrimiento?
¿Acaso no ignoramos al que pide dinero en la calle?
¿Acaso no tornamos un ojo ciego a la vaca que sufre pero nos levantamos en armas cuando alguien lastima a un canino?
Nos hacemos daño pensando que es lo que debemos hacer por una propaganda que dice que debemos lastimar a alguien con menos capacidades que nosotros para armar una lanza o elevar un muro.
Si los que juntamos, lastimamos y comemos pudieran pensar. ¿Acaso no construirían fuertes, elaborarían armas y se asociarían para combatirnos?
Y aquí estamos la mayoría, consumiendo hasta que nos duele el estomago como si fuéramos reyes. Nos vemos como reyes del siglo 15, obesos y lentos.