Los curanderos de la televisión,
que para cada malestar,
tienen el remedio y la unción.
Nos dicen en sus comerciales,
que los doctores los recomiendan,
los que ya compraron con dólares,
esperando que sepamos que no mientan.
Pastillas para la indigestión,
seguido de un comercial de pizza,
otro de aceite y melocotón,
seguido de uno de perdidas de vida.
Las cosas no siempre fueron igual,
en un momento ella enfrento todo,
lucho contra la vida y perdió su lugar,
trato de huir de un barco y se le cayó el gorro.
Rompió algunos corazones,
de lo cual se arrepintió,
pero olvido sus nombres.
El alcohol, la música,
hombres que no valen la pena,
olvidos que resucitan,
y otros que se alejan.
Se fue lejos para olvidar,
para perseguir sus sueños,
y por fin hacerse notar.
Regreso del olvido,
después de borrarse del mapa,
de abandonar el nido.
para convertirse en mamá.
La rebelión del pueblo es inminente,
a pesar de las armas, los escudos,
y los pelotones que el estado tiene.
Ustedes no nos dirán si podemos o no,
protestar públicamente si queremos,
aunque nos cueste mucho dolor,
si es necesario lo haremos.
Aunque el periodismo mundial,
decida que alguien es más importante,
que una nación de millones,
no seremos a la tiranía tolerantes.
Hace mucho aire frío,
camino y me duele el rostro,
quiero pronto un alivio,
se que me esperas poco.
Tus cuidados y atenciones,
tus intimidades y aprehensiones,
me hacen amarte siempre más.
Aunque tengas malestares,
debes saber que valdrán la pena,
por que han llegado los mares,
a limpiar a nuestro niño de arena.
La anticipación de saber que serías,
si querrás jugar con carritos,
o comprar muchas muñequitas.
Primero nos dicen como esta tu cuerpo,
que eres un bebé muy grande,
y lo bien que estas creciendo.
Después de comer ansias,
de imaginarte de mil maneras,
te revelas tan bello fueras.
Un hombre igual que yo,
nadie te va a amar tanto,
como mamá, papá, los dos.