Un día cuando Dios sonría,
se elevaran mi pies,
y seré un recuerdo de un día.
Solo un borrón en un bosquejo,
de un artista olvidadizo,
que dejo su musa en un espejo.
Un día cuando Dios sonría,
se elevaran mi pies,
y seré un recuerdo de un día.
Solo un borrón en un bosquejo,
de un artista olvidadizo,
que dejo su musa en un espejo.
Aunque la vida calle tu ausencia,
se que tu alma en la lejanía,
pregunta por mi con cadencia.
Que donde estés y con quien estés,
es mi nombre el que en tu mano resplandece,
con cada movimiento que des.
Nuestro collage esta envejeciendo,
sus fotos son más que recuerdos,
son testigos de nuestro encuentro,
del principio de nuestro tiempo.
Hoy se separaran por un momento,
para dar paso a los que esperan nuevos,
son cada uno un monumento,
que guardaremos para luego.
P: Te amo.
Mi vida chiquita,
estoy apurado,
mi corazón por ti se agita.
No te dejes engañar por esta prisa mía,
que contigo quisiera conversar,
en el ciberespacio nuestra cita,
tu y yo y nadie más.
Nuestra primera joya familiar,
un gran símbolo para mi,
que me alegro de contemplar.
Esta conmigo solo temporal,
pronto regresara a tu dedo,
donde pertenece en verdad.