Hoy es un día sin igual,
por que ante Dios acepté,
que siempre te he de amar.
Llego a tu puerta otra vez,
tu cabello rizado fluye,
revivo de nuevo, como miel,
como un globo que sube.
Solo tú yo y Dios saben,
como han pasado el tiempo,
lo que este amor vale,
y cuanto por tí siento.
P:El otro día me detuve,
y pense para mi misma,
eres tú, tú el que sostuve,
que conmigo estaría toda la vida.
En la oscuridad te acaricio,
te beso y te admiro,
reimos juntos en bullicio,
juntos como Dios lo quiso.
Hablamos del futuro lejano,
de nuestros pequeños,
que tendremos que considerarnos,
antes a nosotros que a ellos.
Te hice un pastel con estilo,
como en el principio con alas,
como nos unió un día el destino,
y apesar de cualquier distancia.
Que carta tan bonita me haz hecho,
me asombran tus palabras dedicadas,
me hacen de tu ternura preso,
admirándote entre barrotes de plata.