Oh pequeña dulzura,
dígnate a mirarme un poco,
aunque sea con amargura,
y no hables del todo.
Venus de inocencia,
con halo imaginario,
divina providencia,
camino sacrosanto.
En tu intimidad negra,
en cada curva de satín,
en cada curva por Dios hecha,
ahí yo soy feliz.