Cosido con hilo y aguja
me duele el pie,
me aqueja y me punza.
Me duele el cuerpo,
pero ya no el corazón,
si me duele ese me tuerzo,
y no me gusta su amonestación.
Estoy en paz de que rías,
de que platiques conmigo,
aunque solo lea lo que digas,
es para mi un alivio.