Este veneno caliente color café,
me hace temblar y despertar,
me hace perder la fe.
La fe en la humanidad,
en las ilusiones,
en la bondad.
Me sudan las manos,
tengo alucinaciones,
sentimientos acalorados,
malas situaciones.
Este veneno caliente color café,
me hace temblar y despertar,
me hace perder la fe.
La fe en la humanidad,
en las ilusiones,
en la bondad.
Me sudan las manos,
tengo alucinaciones,
sentimientos acalorados,
malas situaciones.
María bendita enjuga sus lágrimas,
con ropa escuálidos romanos.
María bendita abraza a su hijo,
hoy por ultima vez.
María bendita lo mira desde abajo,
mientras suben a una cruz.
María bendita ve a su hijo caer una vez,
y su corazón se pierde para siempre.
María bendita eleva sus palmas al cielo,
implorando a Dios compasión.
María bendita murmura que lo bajen ya.
María bendita sube al cielo,
a la mitad del día.
Boca arriba con mi abuelo,
aquí en su cama estoy,
donde sus últimos días recuerdo.
Como necesito hablar con él,
y pedirle su opinión,
siento que voy a enloquecer.
Primo ya tampoco estas,
a quien le hablo,
solo te puedo pensar.
Me gustaría estar contigo en un café,
pero por el momento no quiero problemas,
no quiero llegar y me lo nieguen también.
No me gusta pelear,
contigo, con tu papa,
con nadie argumentar.
Si no quieres ser libre,
yo jamas te obligare,
si llega el día y quieres quedarte,
aquí te dejare.
Estoy molesto,
anonadado,
indignación de espectro.
P: ¿Y mi opinión que?
Hablas de pronto en la mesa,
eso quería yo saber,
¿Reina de tu casa o de aquí condesa?
Juntas políticas,
cursillos largos,,
emociones apáticas,
miembros amargos.
Tareas del trabajo,
hacer presentaciones,
“Ahorita se lo mando,
me faltan adiciones”
Una larga noche,
un largo día,
saldré del coche,
y te recibiré mi vida.