Dos

Antes la sal siempre salía del mismo bote, al mismo salero a los mismos guisos. Ahora todo ha cambiado, hay de vez en cuando flores frescas en la mesa, y el platillo que llegará a la mesa probablemente no se parecerá al anterior. Del pollo en azafrán, al soufflé para cenar, del te Lipton de comida rápida, a las hojas de chocolate con té negro marrón. En nuestra pequeña tienda el amor se hace fresco cada día. Solo para alterar a la cultura de alrededor y hacer que se molesten unos cuantos encargados del aparador.

¿Cuánto de peso has subido? ¿Cuánto refresco toman? ¿Cómo pagaron la cesárea? ¿Qué hacen cuando están enfermos? ¿De que tamaño es su televisión? ¿Cómo encontraron este lugar? ¿Por qué comen así? ¿Cuánto dinero deben de su carro? ¿Por qué no usan zapatos adentro de la casa? ¿No toman leche? ¿El niño no comer carne?

Lo primero que las personas deben de entender cuando entran a nuestra casa, es que están cruzando un umbral hacia otra dimensión, donde las reglas convencionales no aplican. Donde la norma se desafía y lo singular es elaborado.

¿Nos hemos salido del juego? ¿Acaso hemos perdido ya? Carecemos del automóvil del status, la tv y la bolsa actualmente popular. ¿Cómo nos atrevemos nosotros en una sociedad capitalista y socialmente presurizada para adquirir las cosas que nos promediaran como ciudadanos de cultura media a renegar de lo que debemos de comprar? Donde están mis modales que he olvidado las comillas en “debemos” de comprar.

Por mil razones soy el hombre de la locura, que encuentra algo diferente y sale de la bañera gritando ¡Eureka! ¡Eureka! chorreando agua desde la bañera hasta el patio de enfrente. El hombre de la tierra redonda que ha encontrado a una persona que está dispuesta a escuchar, dispuesta a compartir.

Gracias por compartir esta locura de vivir conmigo, un año y otro más.

Patitos

1 Año de patitos,
llorando en la cuna,
caminando de puntitas,
mirando hacia la luna.

Duerme sobre mi pecho,
yo ahuyento el ruido,
tu mama te lee cuentos.

Ella es tu heroína,
que hace que bebas,
andes, duermas y vivas.

Veo mucho de ella,
en tu sonrisa y nariz,
donde tus ojos me vean,
como espejo me veo a mi.