Cuarenta y cinco millas,
bajo a toda velocidad,
los metales brillan,
cuando los veo pasar.
La rueda de enfrente chilla,
cuando me quiero parar,
el semaforo me avisa,
que tengo que esperar.
Espero en un la silla,
de la grande catedral,
que absuelvan mi vida,
que sin tí podria acabar.
Tu cabello como china,
eres toda seriedad,
regálame una cita,
y sin motivo celebrar.
Hoy si me fuí preparado,
lleve algo de comer,
para después del trabajo.
Es un día saturado,
blues tocando en internet,
miles de notas danzando,
te amaré, te amaré, te amaré.
Hoy contigo platicando,
sonreír a más no poder,
tecleando y carcajeando,
nada como novios ser.
¿Por que te inquietas amor?,
al pensar que no estaré,
no temas a ningún dolor,
pues de lejos te llamaré.
Fallan los medios de comunicación,
sa va la luz y hace aire,
es una guerra con declaración,
que he de alcanzarte.
Eres de felpa pequeño,
hoy con tu mamá hablé,
dice que me vió en sueños,
pronto con ella estaré.
Piensa en mí antes del viento,
antes que el frío me debore,
y me aleje de tu pensamiento.
Bendíceme en tu aroma, tu aliento,
un nido de tu piel de colores,
sabes lo que por tí siento,
quiero que de mí te mojes.
Mis manos frías como un hielo,
mientras viajo por callejones,
la luna y tú mi cielo,
son el calor de mis amores.
Soy yo el remitente,
de este poema de amor,
soy el que te entiende,
y esta contigo hoy.
En la iglesia no hay gente,
solo María y un señor,
son casi las siete,
ya mero cierran ya me voy.
Una venda del gabinete,
sobre mi rodilla ayudó,
a poder hacerle frente,
a este pequeño dolor.