A veces ella pelea por la nada,
como si no tuviera nada mejor que hacer,
el conflicto parece llamarla,
como si tomara mucho café.
No se como puede dar la cara,
si nadie piensa que tiene razón,
casi sinvergüenza y descarada,
pero según ella con corazón.
Por algo me mantengo al margen,
de su necesidad de atención,
y que todos con ella se comparen,
mas su inhabilidad de pedir perdón.
“¿Romeo estan secos tus labios?,
¿No haz llamado mi nombre a tu lado?,
pues bien me niega el destino,
no hacer de mi hogar tus brazos”.
“Julieta que encrispadas millas me separan,
de tu belleza y mi amor mi bella dama,
que atravieso el mundo entero si lo mandas,
y me he ido lejos para regresar mañana”.
“¡Gentil señora una carta espero!,
revise usted su bolsa y reveleme,
¡Si me tiene una con letra de Romeo!”
“He de decepcionarla señorita y no quiero,
mirarle derramar mas lagrimas de pena,
al decirle que no y un lo siento sincero”
“¡Oh Romeo con solo una palabra tuya dormiria tranquila!,
¡Por que insistes en hacerme colgar de un hilo!,
¿Que acaso no comprendes que solo contigo esta mi alma viva?”
El la encontro una tarde de verano,
se vieron extraños y enamorados,
ella dijo “Estoy aqui he llegado”,
el soprendido le dijo “Te amo”.
Quien sabria el curso que tomarian,
como dos piedras que en el lago brincan,
sin hundirse llegan a al orilla.
“Las estrellas son tuyas si las quieres”,
“Eres tan generoso pero no lo deseo”,
“El mar entonces! si lo pides”,
“Estas lejos de lo que quiero Romeo”.
“Pues que quieres Julieta me tienes dudando?!”,
“No pienses mal de ti, es mas sencillo”,
“Es que suficiente no te he amado?”,
“Equivocado estoy en tus manos en un nido”.